La propuesta de Trump ha sido percibida como una maniobra para despojar a los palestinos de sus derechos legítimos y perpetuar la ocupación israelí del territorio.

En una declaración que ha generado fuertes críticas internacionales, el presidente estadounidense Donald Trump anunció este lunes que su propuesta para Gaza contempla la negación del derecho al retorno para los palestinos. La medida ha sido ampliamente condenada por organizaciones de derechos humanos y gobiernos alrededor del mundo.

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En una entrevista concedida a la cadena Fox News, Trump afirmó que los palestinos no tendrían derecho al regreso a Gaza porque su plan incluye la construcción de viviendas «mucho mejores» para ellos en otras ubicaciones.

«No, no lo tendrían, porque van a tener viviendas mucho mejores. En otras palabras, estoy hablando de construir un lugar permanente para ellos», señaló el republicano.

La propuesta de Trump ha sido percibida como una maniobra para despojar a los palestinos de sus derechos legítimos y perpetuar la ocupación israelí del territorio. Diversos analistas y líderes políticos han expresado su preocupación por las implicaciones que esta medida podría tener sobre la ya tensa situación en el Medio Oriente.

Organizaciones defensoras de los derechos humanos han denunciado que la propuesta viola el derecho internacional y los acuerdos previos que establecen el retorno de los refugiados palestinos a sus hogares. Además, consideran que la iniciativa de Trump es un intento por consolidar el control de Estados Unidos sobre Gaza, utilizando la promesa de mejores condiciones de vida como justificación para desarraigar a miles de personas.

Gobiernos de diversas naciones han emitido comunicados rechazando la propuesta de Trump y llamando a una solución justa y equitativa para el conflicto palestino-israelí. La comunidad internacional ha enfatizado la importancia de respetar los derechos de los pueblos originarios y cumplir con las resoluciones de la ONU en materia de refugiados y territorios ocupados.

El anuncio de Trump también ha generado reacciones dentro de Estados Unidos, donde sectores progresistas han criticado la medida, calificándola de insensible e irresponsable. La propuesta ha reavivado el debate sobre la política exterior estadounidense y su papel en la búsqueda de la paz en el Medio Oriente.

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